Come, come

Variando la tónica de contar viajes, voy a comentar lo que más me ha gustado de la gastronomia búlgara y que merece la pena probar una vez por lo menos en la vida.
Muchos de los platos típicos tienen influencias griegas y turcas, en algunos casos de los balcanes, por lo que se pueden encontrar variaciones dependiendo de cada zona. voy a comentar las cosas que he probado y a dar mi humilde opinión.

SOPAS

Las sopas más conocidas son:

-Tarator, una sopa fria con yogur y verduras, no demasiado de mi gusto, que sería equivalente al gazpacho en España. (Receta.)

-Shkembé Chorba. Sopa de tripas de cordero o cerdo, la palabra Shkembé puede referirse a la tripa cervecerá que desarrollan los bebedores de cerveza y Chorba suele referirse a una sopa o cocido (por ejemplo de alubias o lentejas).
La receta incluye callos hervidos con leche y añadiéndole pimenton picante y vinagre y ajo.
A mi me gusta bastante, a pesar de que la primera vez me pasé con el picante. (Lo que lloré ese día)

ENSALADAS

Pese a existir una gran variedad de ensaladas y todas muy buenas ( con atún, con pimiento asado,...) , existe una muy típica y que comí por primera vez en el avión en mi primer viaje a Sofia.

-Shopka salat: Una ensalada de tomate, pepino y queso en su versión básica, es muy refrescante. (Una receta.)

RECETAS VARIADAS

- Kebapche, Kufte: Son salchichas y hamburguesas (a veces rellenas de queso) de carne picada que se sirven fritas. Al principio odiaba su sabor que me recordaba a la morcilla, pero últimamente las encuentro bastante ricas. (Síndrome de Estocolmo)

- Moussaka: Un plato con variaciones del plato griego, en todo caso merece la pena probarlo. (Receta.)

-Gyuveche: un guiso de carne de vaca o cerdo, con verduras, en vasija de barro, a veces tienen modalidades vegetarianas. Yo lo he probado con queso fundido por encima. Muy, muy rico si te gustan los cocidos.

-Sirene (queso blanco), kaskaval (queso amarillo). No es un plato, sino los quesos típicos hechos de leche de oveja. El kaskaval es mi favorito, no me gusta demasiado el sirene.

Por último se comen bastante unos pescaditos en aceite enrollados con una aceituna en medio, bastante típicos en aperitivo.

BEBIDAS

-Ayran: Yogur liquido. Lo verás beber por la calle, en vasos de plástico, parece ser que los búlgaros lo adoran. A mi me resulta más refrescante el agua, dado que es acido y a veces se le echa sal. (Receta)

-Rakiya: Bebida alcoholica (por fin!), elaborada a veces de manzana, a veces de ciruelas. Se toma despues de la comida y de seguro te quitará la carraspera. No es demasiado de mi gusto, prefiero los vinos búlgaros, siendo mi preferido el Traminer ( llevé un botella a mi familia y al final inventaron el tralimocho, que desperdicio).

POSTRES

- Creme caramel: Flan de caramelo, no se si será típico bulgaro o no, pero a mi me encantan.(Receta)

- Tolumba : Churro ensopado en almíbar (No confundir con el chiste). Más empalagoso que unos churris recientes, es bastante típico y te servirá para superar los bajones de azucar. Es muy típico y fácil de hacer, aunque prefiero los churros tradicionales con azucar.

Tras estas pinceladas de gastronomia búlgara, el otro día me puse a cocinar algo español, español y dado que ahora esta de moda la gastronomia fusión pongamos la receta.

Lentejas cheren

INGREDIENTES:

Lentejas

• Sal
• aceite
• aceite
• Un ramo de verduras sin identificar que te ha vendido una vieja en el mercado

Menos de un leuro, oiga.

PASOS:
Se ponen a cocer todas las verduras al alimón en el agua con sal a fuego medio, tras una media hora comprobar que todo esta cocido y añadir las lentejas.
En una sartén freir el ajo y añadir a toda la mezcla una vez cocidas las lentejas.
Comprobar que todo el caldo se ha tornado de un color negro tinta, asegurarse de que no se están cocinando calamares en tinta y encontrar cobaya para cata preventiva

Pues al final estaban ricas.

Arguiñano preparate que voy para allá.

Novi Sad, la fortaleza infernal

El día siguiente el viaje me condujo a Novi Sad, una ciudad cercana a Belgrado, que mi familia politica me habia recomendado encarecidamente visitar.
El título proviene de lo que me costó subir hasta la fortaleza, dado el cansancio general que acumulaban mis pobres piernas.
La ciudad esta llena de iglesias de todo credo, alguna en restauración y otras abiertas al público, la más espectacular se erige en el centro del pueblo.

A visitar iglesias

El pueblo en si parece dedicado en gran parte al turismo, en las fechas que yo estuve, las terrazas aparecian vacias a la luz del día.

Anabellum, the omega woman

Al final, como estaba de ser, me perdí con mapa y todo y cogí por banda a una señora que venia de la comprar y que para señalarme, cada dos por tres se pasaba las bolsas de una mano a otra. Al final ambas cogimos complejo de equilibristas.
En este punto pudé divisar la fortaleza y me acerqué ya cansada para encontrarme con unas cuantas escaleras a subir.

Maldito gato, toma sol

Tras dirigirle una mirada fulminante al gato, conseguí subir a la fortaleza, que por el día que era, estaba llena de familias.
Pese al aspecto de monasterio moderno, que auguraba vista desde lejos por dentro tenia el siguiente aspecto.

Y los crios todos subidos a los cañones

La vista del Danubio ( o eso espero) también merecía la pena por lo que me tomé con bastante tranquilidad visitarla.

Al final abandoné Novi Sad para coger el tren hacia el hogar.
Tan sólo me quedaba comer algo y esperar al tren una hora, en la que se me aproximó un serbio que según él trabajaba en Macedonia y que no me dejó en paz en mis idas y venidas por la estación y que me recordó por su porte a Spiro . Tras idas y venidas hablándome en todos los idiomas posibles, unos policias le preguntaron algo, por lo que aproveché a subirme al tren tranquilamente sin meterme en más jaleos y perdiendo a un fiel admirador en el proceso.
Tras una vuelta más aburrida, por la falta de eventos que habían caracterizado la ida, volví de nuevo a Sofia con otro sello en el pasaporte.

Belgrado, la ciudad blanca

Serbia ha pasado ha ser uno de los paises que lideran el ranking de visitas por mi parte, lo que no es decir mucho y en general siempre he tenido una impresión grata de sus habitantes.
El viaje comenzó en el tren nocturno, en el que conocí a una chica búlgara, casada con un serbio que vivia en Suiza y con la que compartí la ida.
Tras conversar un rato, llegamos a la frontera, en la cual pasó policia de ambos paises. Ya sea porque era la primera vez que visitaba un pais que no estaba en la unión en aquellos momentos o por mi tendencia general al absurdo, al ver que el policia se quedaba de más con mi pasaporte, le dije en inglés: "pero si sólo voy a estar dos días", ante lo cual mi compañera tuvo que traducirle y me devolvio el pasaporte con sonrisa de "como está el patio".
La llegada estaba fijada a primera hora de la mañana, a esa hora me desperté constatando que el tren seguía en marcha. Yo ya creyéndome rumbo a Rumania, me revolví acercándome a la ventana y despertando a mi compañera en el proceso, que me tranquilizó diciendome que era normal que los trenes tuviesen mucho retraso, en este caso unas tres horas.
Al llegar a Belgrado la revisora se molestó porque no habia entregado el billete al entrar, por lo que habia viajado en cierto modo de polizón. (Todo esto traducido por mi compañera y aclarando acontecimientos previos).
Tras la despedida, me encontré en la estación de trenes de Belgrado, que no era tan grande como me habia imaginado y tras resolver todo lo imprescindible y conseguir un mapa arranqué a andar por la ciudad en busca de un sitio donde cambiar dinero y un techo que me cobijara.
Caminando por las calles principales te reciben los vestigios del bombardeo de la OTAN, que impresionan bastante, a pesar de ser renombrados. Dos edificios que parece mentira que se mantengan en pie.

El recuerdo

Tras esto comenzaría algo constante a lo largo de todo el viaje: mis intentos por hablar búlgaro para situarme y la extrañeza o risa de los preguntados.
(En una visita posterior un serbio me comentaria que aparte de mi mal búlgaro, a ellos les suena un poco rural.)
En el banco un segurata todo sonriente se apiadó de mi y por fin me orientó correctamente.
Tras ello por fin me encontré en situación de turistear.
Una de las atracciones principales de Belgrado se encuentra en la fortaleza sobre el Danubio, a través de lás calles más comerciales, se llega a un recinto amurallado y lleno de árboles.

Con exposición de armas incluida

Para mi sorpresa alli se encontraban las pistas de baloncesto del Partizán de Belgrado, en las que entrenaban las categorias base. Que envidia de echar unas canastas (los crios de 12 años no eran rival para mi, o si).

¡Baloncesto!

Tras recordar que no estaba alli para ver baloncesto, sino meterme en situaciones absurdas, proseguí hasta conseguir una vista del Danubio.

El Donau Azul

Bajo el frente de la fortaleza, me sorprendió ver equipamiento militar no demasiado antiguo en exposición, siendo esto una sorpresa para mi, por lo reciente de los hechos.

Afortunadamente todo desactivado

Tras esto la visita siguió por el barrio bohemio, en el que yo esperaba encontrar gente vestida de negro y con boina, pero dado que empezó a llover, estaba casi despoblado.

Bohemios paraguas

Mi desilusión se hacia patente bajando la calle hasta que encontré lo siguiente:

El tio de la boina

Ilusión óptica muy bien realizada

A los pies se encontraba un mercado al are libre muy parecido a uno búlgaro y un parque en el tuvé que sacar la siguiente foto.

Debilidad por palomas en cabezas de estatuas

Vale, vale, he pasado demasiado tiempo en la plaza del Ayuntamiento de Santander, alguna obsesión se me tendría que quedar.
Tras esto tocaba visitar la que es la catedral pareja a Alexander Nevski en Sofia, la iglesia de Sava, en caso de que no me flaqueé la memoria.
Ciertamente era mucho más grande y en esos momentos se encontraba en obras, pero cuando este terminada, seguramente cortará el aliento.

Una Catedral blanca para la ciudad blanca

Tras esto junto a una compañía más que agradable, nos dedicamos a visitar la noche de los museos, que consistia en diferentes exposiciones por la ciudad. La mayoría resultaron ser de arte moderno o de publicidad descarada y en todo caso muchas colas, pero conseguí un cordon para colgarme el movil del cuello, tampoco es cosa de quejarse. (Aunque siento cierta risa cuando la gente va con algo asi colgado, soy un poco de pueblo).
Un día realmente divertido.
Tras degustar las famosas hamburguesas típicas, cuyo nombre no puedo repetir, pero que me encantan y recorrer casi toda la ciudad, acabó el día a las 3 de la mañana con un viaje a primera hora de la mañana esperando, que contaré en el siguiente post, para no saturar demasiado, junto con la vuelta.