El bulgaro es un idioma

Ya lo dice el chiste

29.8.07

Más patinazos idiomáticos

Últimamente ya todo es una cuenta atrás, cuantas veces me tendré que duchar para no tener que llevarme el maldito bote de champú, cuanta comida tengo que descongelar, ...
Ya es un riesgo comprar cualquier cosa que tenga más de una dosis.
Pero, sigo en mi afán de recopilar todas las historias y tonterias antes de irme, siempre será divertido o vergonzante leerlas luego.
En uno de los viajes aun no narrados, nos encontramos perdidos en un pueblo de Bulgaria, por lo que dado que algo de búlgaro tendría que saber, se me envió a preguntar a algun local.
Tras una conversación tirando a lo Kafkiano, el pollo rural búlgaro me pregunto si tenia una palabra que sólo me pudo sonar a Shoshoa, que me sonó bastante raro . (¡Maldito Jotacé y la descontextualización!).
Al final más o menos conseguimos seguir hacia nuestro destino, teniendo que hacer un alto en el camino para dormir por lo que preguntamos por un hotel, indicándonos el segundo búlgaro del día que había un hotel siguiendo recto pero haciendo a la vez un gesto con las manos que consistia en una especie de "Excelente" que repetia insistentemente.
Tras la curiosidad de que el hotel estuviera lleno o fuera un hotel de las luces, no llegamos a ninguna conclusión, quedando en la oscuridad tan críptico gesto.
Para completar en tres las anécdotas- tontería la última se produjo en un museo búlgaro en el que la señora ocupada de vigilar que no robaras las rocas, se empeño en contarme en búlgaro toda la exposición, a pesar de que yo la dije que hablaba tan sólo un poco.
Lo malo es que entendía bastante para seguirla pero no lo suficiente para mantener una conversación interesante, por lo que la mayor parte del tiempo me limité a asentir y preguntar nimiedades, en una situación bastante absurda, por lo que nos dedicamos a ir de una vitrina a otra con explicaciones y señalizaciones incluidas.
Cuanto voy a echar de menos Bulgaria.

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15.8.07

Rosas y algún capullo (de rosa)

No he podido la tentación del (mal) chiste.
Ya me ha llegado el correo recordándome el próximo fin de mi estancia, por lo que aprovechare a contar otro viaje.
En Bulgaria se cultivan en muchos sitios rosas, el agua de rosas es una base para la mayoría de los perfumes y es un regalo interesante cualquier producto de rosas, un olor que me encanta.
Se celebra en el valle de las rosas, la recogida de estas para llevarlas a la fábrica.
El camino para llegar me resulto a tramos muy bello, bosques de pinos, montañas,... hasta llegar a un pequeño pueblecito.


partenon
El pueblo en cuestión



Dado que por inconvenientes del transporte público llegamos tarde y nos perdimos las demostraciones, por lo que decidimos buscar un medio para volver a la capital antes de turistear.
Empezamos a preguntar a los nativos, que en general desconocian el inglés, (en el pueblo de mis abuelos lo mismito), dado que yo previsoramente me habia olvidado el diccionario, tuve que empezar a improvisar entre búlgaro y mímica, tras conversaciones con un conductor que nos quería llevar a Plovdiv, haciendo una zeta que ni el zorro en sus mejores tiempos, encontramos el edificio de autobuses.
Entonces me acerqué toda dispuesta a la ventanilla, tras mis primeras palabras la vendedora de billetes me dijo un escueto "ne" y me cerró la ventanilla lentamente, la cual volví a abrir.
Harta ya de los puñeteros extranjeros, me escribió el siguiente viaje a la capital para el siguiente día.
Dado que eso no era una opción en su momento, decidimos buscar la estación de trenes.
Ahi empezo otro de los problemas, yo no me acordaba como se decia en búlgaro estación de trenes o tren, por lo que me dedique a preguntar "la estación pero no la de autobuses".
La gente fue muy amable y al final llegamos, tras comprar el billete de vuelta, empezamos a hacer turismo por la ciudad.
Las casas tienen siempre algún árbol frutal por lo que pudimos degustar algunas cerezas que asomaban por las vallas y pasear por el pequeño pueblecito.
Los campos de rosas estaban pulcramente ordenados pero su olor no envolvia el pueblo, como yo esperaba (algo asi como entrar en Aguilar de campoo pero en lugar de galletas, oler a rosas. Que hambre me ha entrado con esta afirmación)
En el centro se alazaba la plaza en la que se agolpaba la gente para oir a la banda que habían contratado, era como estar en las fiestas del pueblo de tus abuelos pero con extraños monumentos.


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Si quitas el mosaico, igualito

Alguien ha comentado que Bulgaria se parece a España hace muchos años, yo a veces diría que no tantos en ciertos sentidos.
Los niños corrían por la plaza del pueblo y jugaban con una de las fuentes que echaba agua a chorros.


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"Que derroche de agua"

Tras vagabundear por el pueblo hasta la hora de partida, nos dimos cuenta que se habia hecho tarde, por lo que corrimos a la estación para encontrarnos con bastante gente esperando.
Un búlgaro nos dijo, socarronamente, que a donde ibamos con tanta prisa, luego nos dimos cuenta que dado el retraso de los trenes en Bulgaria, tanta prisa no era necesaria.
Dijimos adios a la estación , a la que sobrevolaban un monton de pájaros, para montarnos en el tren.


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Añade eso a pajaros volando en círculo


Los trenes son herencia de las líneas austriacas que llegaban hace unos años y en general tienen aspecto descuidado.
Tras sentarnos y aguantar un retraso de una hora, el revisor nos informó que no sé sabia a que hora saldría porque habian robado algo en uno de los tramos.
No puede evitar imaginarme a la gente llevándose las vías del tren.
Tras conocer a unas estudiantes Erasmus, nos pasamos el viaje intercambiando historias de la estancia en Bulgaria y opiniones del pais.
El viaje concluyó con más de tres horas de retraso sobre la llegada prevista y un "En España esto no pasa"

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6.8.07

Parakaló

Esta es la única palabra que fui capaz de aprender en mi periplo por Grecia.
Eso si, cada vez que la digo, no puedo evitar añadir mentalmente "la madre que los parió", dado que en general el pueblo griego, en según que situaciones, me ha parecido un poco particular.
Uno de los paises que me plantee visitar una vez acepté el destino de Sofia, era Grecia.
Hace algunos años me gustaba la cultura clásica, pero ya por consejo o por instinto, me imaginaba que siendo un lugar tan turístico, me podía enfrentar a un escenario más prosaico.
Hace algún tiempo conocí a un par de griegos que por el aspecto podrían haber nacido en la España profunda, y que estudiando en Londres, arrasaban entre las féminas del lugar. ¿Hallaría explicación a este fenómeno?.
Con estas y otras premisas arrancó el viaje.
Atenas es una ciudad inmensa, comparándola con Sofía, si te subes a cualquier sitio alto, los edificios inmaculadamente blancos parecen querer engullir las colinas.
El primer paso para el aprendiz de guiri es visitar la Acrópolis, en donde se encuentra el Partenón.


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Mereció la pena caminar


Cerca de la Acropolis se encuentra el ágora, el templo de Zeus, el templo de Hefesto,..
Aunque como diría el antiquísimo chiste de Gila "Esta todo por el suelo". Eso si todo está convenientemente tarificado y si no eres estudiante tendrás que rascarte el bolsillo.


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Agora


Aunque muchas de los adornos se encuentran en Londres, aun se puede apreciar algún detalle curioso.



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Centauros contra Lapitas, quizás

Dado que hacer turismo inevitablemente es andar, subimos también a la colina de Licabetus, en la que se pueden ver vistas de toda la ciudad y una pequeña iglesia ortodoxa. Dando la vuelta por detras hay una especie de valla con una pequeña puerta y un tendero de ropa.
Tras llegar alli vimos que unos turistas abrían la puerta para entrar, momento en que salió una vieja toda vestida de negro, en la mejor tradición griega para echarles a grito pelado (insertar aqui reminiscencias al anuncio "joroña que joroña"). Tras esto tuvimos varios interrogantes.
¿Qué querian ver esos turistas? ¿La chabola de la anciana?
¿Cómo es que la vieja esa vive encima de la colina? ¿Es rica?
¿Por qué no les sacudió con el bastón a los turistas?
¿Quien le sube el correo hasta allí?

También hubo tiempo de visitar otra ciudad costera, de cuyo nombre no puedo acordarme, bastante popular pero aun el calor no era bastante para estar a rebosar.
Para llegar alli, tomamos un autobus, tras pelearnos con el griego de a pie para encontrar la dichosa estación, una vez alli y con el billete en el bolsillo nos fijamos en que el hall aprovechaban a refugiarse del calor uno o dos perros, sin que nadie mostrase la más mínima extrañeza.
Viviendo el Sofia, que también tiene muchos perros callejeros, no pude evitar pensar que en Atenas habia una proporción mayor y que se encontraban en sitios más extraños aun. El único lugar exento era el aeropuerto, pero sospecho que porque los perros no saben aun tomar un metro.
Tras un viaje curioso, en el que el conductor del autobus se paró a recoger a un hombre que andaba por la autopista, para posteriormente dejarle en el siguiente pueblo, llegamos a nuestro destino.
La ciudad disponia de varias fortalezas, lo que te hacia pensar que las tácticas de defensa ahora son diametralemente opuestas, si antes necesitabas un lugar elevado para una defensa eficaz, ahora podía convertirse en un blanco perfecto de la aviación.
Tras buscar una oficina de turismo con intenciones de preguntar por alojamiento y por un mapa para movernos, tuvimos que descansar a la sombra hasta que el empleado llegó con toda la tranquilidad del mundo. Una vez alli nos señaló con un círculo sobre un mapa donde estaban los mejores alojamientos, tras inquirirle donde estaban los más baratos, nos señalo con otro circulo. Como era de esperar la intersección era vacia.
Tras encontrar al propietario de uno de los alojamientos, un tipo que tenia aspecto de empresario de vacaciones. (naúticos y demás), pudimos emprender la visita a la ciudad.
Pese al sol, la conquista de la cumbre de la fortaleza más alta era factible, por lo que se emprendió con entusiasmo, (que se disipó en el segundo escalon proximadamente)


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¡Alli!


Una vez dentro, nos dimos cuenta de que existia un autocar que llevaba a los turistas menos dados a subir escalones, por lo que nos encontramos entre una marea de crios. El más versado en idiomas, pidió en inglés que le sacaramos una foto con su móvil.
Aunque según lo que se comprobó, el chavalín sería de los que más dominaría el inglés de toda la gente que nos encontraramos en el viaje.


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¡Cumbre!


Exploramos esa fortaleza, hasta el ultimo rincón, donde la maleza lo llenaba todo, alli habian izado una bandera de Grecia, que tuvimos al tentación de descolgar y poner una propia.

La costa que se recortaba era extremadamente bonita, casi te podias imaginar a los antigos barcos griegos navegando, cerca de unas costas tan escarpadas. Ahora sólo se podía divisar algún yate.


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Graffitis tal vez de la época renacentista


Caminando junto a la costa nos encontramos con un viejales, que se dedicaba a tirar los tejos a todas las turistas que pasaban por aqui. Continuando con la tradición de situaciones absurdas, yo no fui excepción.

También tomamos un barquito a otra fortaleza marítima, a la que te acercaban con un barco de pesca previo pago. La lástima es que apenas podias estar media hora, pero en todo caso merecía la pena, sentir la brisa o acercarte donde rompian las olas.
Además en el patio de esta fortaleza crecía un olivo, lo que le daba un aire indudablemente mediterraneo


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Vista del puerto


La anécdota de la cena fue, que pedimos entre otras cosas "tzatziki", que es una salsa, creo que a base de yogur y ajos, que está realmente buena. Tras inquirirle al pollo camarero, si el invento se comia mojando pan o como, soltó la frase "si, si, se puede comer asi" acompañado de un extraño movimiento de manos con reminiscencias italianas (que aun es objeto de imitación y , porque no decirlo, de devoción).

El viaje de vuelta fue más que accidentado, pero como en todos los viajes, al final quedan un puñado de anécdotas y un sinfin de fotos, por lo que tal vez con más tiempo amplie un poco más el post, ya de por si largo.

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