Sorolla

Un sitio que he visitado hace un par de semanas , es la exposición dedicada a Sorolla en el museo de bellas Artes de Sevilla.

Merece la pena acudir dado que son cuadros encargados para decorar los salones de la sociedad hispana de Nueva York (o Hispanic Society, que  parece una banda del Bronx), tal vez una sociedad hermana del instituto Cervantes o del grato ICEX y fundada por un admirador de la cultura española, por lo que parece.

A mi me impresiono especialmente, probablemente,  porque los cuadros son de un tamaño más que considerable, tal vez rozando los dos metros de alto y algunos llegando a algunos metros de largo, representando diferentes costumbres de España, que no por tópicas, reflejan el modo de vida que se llevaba en aquel momento (que le vamos a hacer, en ciertos sitios el negro estaba de moda, desde los tiempos de Pepe Botella). Tal vez el más próximo a la actualidad sea el de la semana Santa sevillana, que aunque ha rebajado el grado de penitencia, permanece fiel a la tradición.

Una narración más realista de la exposición y una guía de las ciudades por las que pasará aqui.

Una visita más que recomendada, ya sólo porque dan un póster para que puedas colgar en tu habitación y comentar el colorido y el uso de la luz en la pintura de Sorolla. Y como plus hay que decir que me doy un aire a la mujer de la pintura de Guipúzcoa. Aqui fotos de los cuadros para comprobación.

Pues eso, a culturizarse, ¡que cuesta bien poco!

Cuento de primavera

Cuenta la historia que una pequeña cantabrita emigró a una ciudad situada más cerca del sur que del norte.

En dicha ciudad, pese a haber comenzado la primavera hacia apenas unos días, el sol lucía con apenas compañía en el cielo.

La valiente cantabrita decidió que para salir a jugar en esta nueva ciudad, los pantalones cortos serían mucho más cómodos. Así, se puso unas botas de baloncesto y se pasó el día entretenida.

Cual sería su sorpresa a la vuelta, en la que se dio cuenta que  se había quemado el lado de las piernas más expuesto al sol y que el solo roce de la ropa le producía dolor.

Dado que le molestaba sobremanera, decidió acercarse a una farmacia para comprar un remedio. El simpático farmaceutico, le recomendó una crema, con la que el dolor desaparecería en un santiamén si se lo aplicaba el suficiente número de veces.

Convencida por estas razones, la pequeña cantabrita compró el poderoso ungüento y se encaminó muy contenta hacia su alojamiento.

Tras extenderse la crema varias veces por la zona dolorida de su piernas, noto algo muy extraño. ¡El remedio oscurecia la ropa que tocaba!. Atónita, leyó las instrucciones dándose cuenta, que a sus muchas propiedades el remedio añadía una nueva, el ser autobronceador!.

Apesadumbrada, procedió a tratar de remediar el entuerto.

Moraleja:

Siempre hay que leer las instrucciones y no fiarse de aviesos farmaceuticos.

Por cierto, ¿alguien sabe como se quita el autobronceador?

El habla o como perder (la)

Tras pasar unos dias haciendo de Cicerone, por la calurosa Sevilla vuelvo con mis temas favoritos.

Vocabulario básico avanzado (sin adaptación fonética):

Fixo /fisho -> celo, cinta adhesiva.  (No confundir con fisio, de fisioterapeuta)

Chocos -> Calamares 

¿Cuanto de grande es tu hermana? -> ¿Que edad tiene tu hermana? ( y no vale con decir "Asi de alta")

Bichear -> cotillear, buscar 

Para mas información, el archifamoso curso de andaluz, libro de cabecera para cualquier nuevo residente en Sevilla que se precie.

Probablemente, entre esto y mi lenta transformación en un conguito, en dos meses metamorfosis total.