El bulgaro es un idioma

Ya lo dice el chiste

9.11.08

Mi nombre es Española, Juana Española Española

Desafortunadamente no he tenido otro remedio que ir al médico de nuevo y como en la ocasión anterior  da para una historieta.
Tras descartar la opción de ir a urgencias de algún hospital, debido a la poca gravedad y a que me temía horas de espera con esa elección, me dirigi al ambulatorio más cercano.
Tras fallarme mi adorado google maps, me encontre con que dicho centro lo habían trasladado y según encuesta callejera tenía que cruzar un descampado para llegar, pero podía ir perfectamente andando.
Tras esta descripción de la ruta, decidí que aunque el paseo podría ser desagradable, las horas no eran suficientemente intempestivas para que tuviera que dar una carrera con motivación extra.
Al final acabe en un barrio en el que no había un alma por las calles, pese a ser casas típicas andaluzas, blancas y con sus terracitas, tal vez porque era un día laboral y con coches de la autoescuela pasando intermitentemente.
Tras descartar la opción de parar un coche de la autoescuela, por si acaso no habían aprendido a frenar, me encamine hacia un edificio grande que asomaba tras las casas. Llegando, un cartel me indicaba que me aproximaba a un hospital militar o por lo menos eso quedo en mi mente.
Viendo la perspectiva, de aunque militar, podría encontrarme alguien al que pedir indicaciones, me acerqué a la garita de control de acceso para no encontrarme a nadie.
Con este panorama de 28 días despues, tal vez salvo por los conductores de autoescuela (pero esos puede que ya estén muertos por dentro), me adentré en las instalaciones, mirando en hacia todos los lados. Aunque esto tomaba tintes rocambolescos, me encontré con que el hospital estaba siendo reformado y en uno de los edificios, se gritaban los obreros de un piso a otro, música para mis oidos por otra parte.
Por fin divise el ambulatorio, cuando ya empezaba a sopesar la medida de gritar a los obreros en sorprendente inversion de papeles.

Una vez dentro, en el mostrador de información se enfrentaron a varios hechos, que yo, en un alarde de previsión sólo disponía de una tarjeta sanitaria caducada. Aún asi me proporcionaron una cura en urgencias, en donde de entrada se produjo el siguiente diálogo
"¿que te pasa?"
"Es que tengo una herida en el pie y bueno ,..."
"Pero, ¿te lo has hecho aqui o ya te lo habias hecho?"
"No, ya me lo he traido de casa"

Por lo que ahora me pregunto de verdad, cual hubiera sido la diferencia, ¿me hubiesen atendido con más mimo de habermelo hecho in situ por remordimientos?

Tras examinar mis heridas de guerra, dedujo que iba a necesitar una cita con el médico para el día siguiente, para ver si necesitaba la ayuda del bisturi o podía pasar con las curas.

Al volver el día después para mi cita, me di cuenta, de que pese a que a posteriori había dado mis datos correctos, la cita estaba a nombre de "Juana Española Española" (Ole!), aunque cuando me llamaron, se acordaban de que era un usuario genérico, por lo que yo respondí al grito de "Ahora tengo papeles".
La cura, de entrada fue dolorosa, dado que yo de entrada no quería anestesia y el medico me empezo a enredar en la herida, preguntándome un par de veces "Pero entre uno y diez , ¿cuanto te duele?". Viendo que no se contentaba con un mucho, apretando los dientes, al final lo puntué con un ocho, dado que dar sobresaliente era degradar las calificaciones de los otros.
Finalmente, tras anestesia y un par de puntos se acabó la operación y me fui hacia casa sin más problemas.
Eso si, cuando se me paso el efecto de la anestesia, si que quise elevar mi puntuación.

Si has conseguido llegar hasta aquí leyendo te felicito y te informo que me recupero favorablemente :D

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4.11.08

¿En que he estado ocupada?

Steven Jackson, un estudioso de los escritos de Qumrán, es asesinado en el hall de su museo favorito en Sevilla y Ana Gómez, amante de las mariposas, acude a la policía de Soria para ayudar como experto. Ana forma equipo con Harry Luchini, un gran reportero, con el fin de resolver el asesinato y desenredar el misterioso secreto de Camelot, mediante una desesperada persecución ambientada en los suburbios más escondidos de Bulgaria, y un imprevisible arreglo de cuentas contra los miembros de La Alianza de los Truhanes del Holograma Resplandeciente, en medio de una gran tensión acumulada, puesto que nuestra concepción de la anti-materia está en juego.

Exacto, en probar el generador de novelas de Dan Brown!

Realmente mis ocupaciones han variado entre estar enferma de la famosa y nunca bien ponderada gripe Sevillana y en fastidiarme el pie jugando al baloncesto. Espero que la milagrosa recuperación del cable de mi vetusta camara digital, ofrezca la posibilidad de contar alguna historia más.

Aunque volver a visitar los suburbios más escondidos de Bulgaria no hubiera estado mal....

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