El bulgaro es un idioma

Ya lo dice el chiste

9.9.09

Dulces comienzos (II)

Ya pronto se cumplirán tres años desde que abrí el tenderete. En esos momentos mi máxima preocupación era si en Sofía había tantas hordas de perros salvajes como advertía la página de la Embajada.
Afortunadamente, las cosas no son tan malas como pintan en los comienzos.

Como continuación al post de mis comienzos por Sevilla,  tras pasar mi primera temporada en villa Container, decidí que necesitaba un sitio temporal.  Después de inquirir por varios medios, descubrí un sitio que me permitiría llevar una estancia que no afectara a mi estabilidad mental.
Tras apuntar la dirección, me encamine con la dirección y unas vagas indicaciones. 
La calle, que se llamaba camino de su Eminencia, en ese momento no me dijo nada, pero tras inquirir a varias personas que caminaban por la avenida, empece a vislumbrar que producía extraños efectos en la gente. 
La totalidad de las respuestas era negativas y no derrochaban encanto. Tras la última respuesta, en la que me decían que no fuera en esa dirección,  encontré una punto que cuadraba con las indicaciones verbales.
Tras encontrar el sitio buscaba (y otro que no buscaba, pero que a la postre resultaría mi hogar por una temporada),  el enigma se resolvió no demasiado tarde.

Por lo visto, camino de su Eminencia, es la carretera  que pasa pegando a las afamadas tres mil de Sevilla, y aunque su comienzo se encuentra aún bastante lejano, la gente no tiene una asociación positiva.
En este caso, se cumplió mi teoría de que la primera  inversión al llegar a una nueva ciudad, es un mapa.

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